State of the Art: recuerdos

A estas alturas no hace falta decir que el Amiga es una de las arquitecturas más queridas por sus fans, o que sus capacidades multimedia hicieron de su demoscene una de las más importantes. Una de las más recordadas es, por supuesto, State of the Art, del grupo Spaceballs, de 1992.

La tecnología tras esta demo no es inaudita. Sí que es cierto que el uso del rotoscope es muy interesante, pero por lo demás pasaría inadvertida. Sin embargo es atrevidamente rompedora en algo: fue una de las primeras demos que incorporaba una temática generalista, techno concretamente. Era una de las primeras demos que podías mostrar a una persona que no perteneciera al círculo de los raritos esos con el ordenador y que exclamara: «¡Qué guapo, tío!»

En su tiempo la demo recibió críticas muy duras por parte de la comunidad de demoscene. A la mayoría de los grupos no les agradaba la intrusión mainstream en su mundillo, y menos con música de malotes. También hay que decir que generó mucha envidia, ya que fue una demo que se llevaba todas las miradas, y no hay grupo de la demoscene que no desee eso. ¡Hasta salió en la MTV! Ni que decir tiene que los fanáticos de Atari se tiraban de los pelos con esto. ☺

El núcleo duro de la escena puede seguir diciendo hoy día que no es más que no es más que un videoclip de música pop, pero una gran mayoría de los aficionados al mundillo tiene una gran impresión de esta demo. Las razones son más que obvias: es ver esta demo y parece que fueran a entrar Michael Jordan a hacer un mate en la habitación y el príncipe de Bel-Air a cantar rap. Más de los 90 imposible, con claras inspiraciones en artistas del momento como Technotronic.

Lejos de dormirse en los laureles, los artistas produjeron al año siguiente otra demo muy similar, 9 Fingers. Menos conocida, al carecer del impacto de la primera, pero no deja de ser una secuela algo más refinada. Aunque la música (que pudo oírse por adelantado) gustó mucho, la opinión de la demoscene seguía siendo hostil, al no representar mejoras técnicas apreciables desde State of the Art.

Hace unos años un payo subió el video del making of,  en el que pueden verse las escenas originales de las que se tomaron los bailecitos de las mozas.

Pasados ya más de ¡¡25 años!! de esta demo, en retrospectiva se le considera una de las más destacas producciones jamás hechas. No han faltado homenajes, y en 2015 el veterano grupo Fairlight presentó en la party Revision una demo con la que ganó en la categoría de PC: Ziphead.

No se trata de una segunda parte y carece de oficialidad, claro, pero los paralelismos están claro. La estética del momento, la música techno machacona, el texto imperativo centrado en pantalla… y los bailecitos, que en esta ocasión no son rotoscope sino renders en tiempo real en 3D. Más oscura, pero trae una estética mainstream de una forma muy similar.

Curiosamente, esta demo ha recibido críticas de los sectores conservadores muy similares a los que ya recibió State of the Art en su día: que sólo es un videoclip comercial, música mainstream típica de la guerra del volumen, sólo artificio y nada de técnica… mientras alaban a la original. Parece que hasta en los sectores más eruditos no sobra la memoria o el criterio. Los aficionados menos puristas, no obstante, estuvieron encantados con esta demo, y muchos no dudan en catalogarla como State of the Art de 2015.

En resolución, hay un par de cosas que podemos sacar en claro: lo que para los puristas hoy es una caca comercial, mañana puede ser un clásico. Lo otro es, por supuesto, que la nostalgia vende, incluso a mí.

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