A estas alturas no hace falta decir que el Amiga es una de las arquitecturas más queridas por sus fans, o que sus capacidades multimedia hicieron de su demoscene una de las más importantes. Una de las más recordadas es, por supuesto, State of the Art, del grupo Spaceballs, de 1992.
La tecnología tras esta demo no es inaudita. Sí que es cierto que el uso del rotoscope es muy interesante, pero por lo demás pasaría inadvertida. Sin embargo es atrevidamente rompedora en algo: fue una de las primeras demos que incorporaba una temática generalista, techno concretamente. Era una de las primeras demos que podías mostrar a una persona que no perteneciera al círculo de los raritos esos con el ordenador y que exclamara: «¡Qué guapo, tío!»