El juego del momento es, sin duda, SUPERHOT. La premisa es relativamente sencilla: un juego de disparos en primera persona donde el tiempo sólo pasa cuando nos movemos. Tan sencilla que a nadie se le había ocurrido antes, y de su sencillez, sus virtudes.
La impresión inicial suele ser la que cuenta, y en SUPERHOT es sencillamente espectacular. Tras una interfaz y unos gráficos espartanos, comienza con una acción inmediata donde vuelan las balas, bailamos a su son y llueven mamporros y objetos mientras nuestros enemigos caen destrozados. Si no nos movemos el juego se para, si disparamos o nos movemos el tiempo continúa. Lo que podría parecer fácil rápidamente se convierte en un frenesí violento de disparos, puñetazos y sangre virtual.
Como en otros juegos independientes, se opta por una estética sencilla. Pero lejos de tratar de deslumbrar con virguerías de efectos gráficos, SUPERHOT lo hace mediante hiperviolencia figurada. Personalmente me ha parecido de muy buen gusto el uso de los colores para identificar los elementos del juego, así como el uso de formas sencillas para expresar la acción. La forma con la que «el juego» se comunica con nosotros es igualmente impactante, desde los mensajes del tutorial hasta el avance de la peculiar trama que se desenvuelve entre escenas.
El menú del juego y su interfaz también lucen una estética recurrente en los indies, que es el ascii art. Esta estética normalmente suele ser un pestiño, pero SUPERHOT verdaderamente nos lleva a las interfaces en modo texto de finales de los ’80. Todo lo cual es genial pero, ¿es suficiente? ¿pasa este juego de ser un experimento? La respuesta es un rotundo sí.
Profundizando en la aseveración anterior, a medida que se avanza el juego va ofreciendo más. Cuando parece que corre el riesgo de volverse repetitivo pasa algo que capta nuestro interés. Al principio son simplemente movimientos o armas nuevas, después es una trama tan psicológica como psicodélica. Comienza como «matar a los tíos rojos» y se desarrolla hasta que es el sistema contra ti. ¿O eres tú el sistema? Ni idea, aún no me ha dado tiempo a terminármelo, aunque pienso hacerlo pronto si la gripe me deja. 🙂
Actualización: Me lo he terminado. Demasiado corto para su precio, aunque premia con un modo sin fin y cosas así. La trama, aunque se cierra, da la sensación de que queda inconclusa… ¿o es producto de la fiebre?
Tras la interfaz se esconden pequeños extras en forma de huevos de pascua, como juegos sencillos o asciiart adicional que nos revelan sutiles pistas de lo que está sucediendo. Al principio programas sencillos, pero luego se convierten en nuestra única salida. En este juego nada parece que esté dejado al azar.
Se puede contar más, pero cualquier cosa sería desvelar la trama. Todo lo que hay que saber, no obstante, es que es un juego de acción que engancha desde el primer momento, visualmente impactante y que terminará jugando con tu mente. No existe demo, pero sí un pequeño prototipo que se puede jugar desde el navegador. Lamentablemente no soporta Chrome y requiere del plugin de Unity, pero vaya si vale la pena. El precio es más elevado del que suelen tener los juegos independientes similares, 23 euros, pero si se busca una experiencia tan original no hay nada mejor desde Portal.
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