Los coches más feos que hayan rodado por España

A todo el mundo le encantan las listas. Son fáciles de leer, ofrecen polémica y son entretenidas. Si son de coches más aún, o al menos lo son para los petrolheads o simplemente flipaíllos como yo. Lo lógico sería hacer la lista de los más rápidos, más bonitos… pero también la lista de los más feos es interesante.

Naturalmente, se va a tratar de algo subjetivo, como lo es todo lo relacionado con la belleza. (He consultado listas semejantes en la que tienen la osadía de afirmar que el Isetta es feo) La idea es limitarnos a los coches que hayamos visto vender en la España reciente, dado que si incluyéramos los americanos tendríamos y prototipos internacionales sería la biblia en verso y el catecismo turco.

Audi A2 (1999-2005)

Empezamos con polémica. Este A2 no fue en absoluto mal coche: era práctico, mejor que el Mercedes clase A (con el que compitió), tenía un equipamiento decente y no gastaba mucho. ¿Por qué pasó con más pena que gloria por España? Porque era feo.

Pobrecito, es como una ballena beluga triste
Trasera kambback, adelantada a su tiempo pero no le pega.

Audi es una marca que se identifica como premium. ¿Por qué hacer entonces una especie de Citroën C3/C4 con lo peor del diseño alemán? Nadie lo sabe con exactitud. Al parecer, la marca tuvo una época en la que podía pegarle los cuatro aros a una coliflor y venderla como churros.

Mercedes clase A (1997-2005)

Mercedes sigue sin quitarse el sambenito de «coche de pureta«. Para colmo, diseñó esta especie de compacto para señoras mayores que se disputa el premio por el Mercedes más feo que se ha hecho.

Esos faros, por Dios. Y esas ruedas de juguete.

Muchas chanzas se han hecho sobre el aspecto del Renault Twingo (1992–2007), la mayoría considero que desacertadas. ¿Qué me dicen entonces de este Mercedes que cuesta mucho más? ¿Por dónde lo cogemos? ¿Le clavamos un palo y decimos que es un coche de un carrusel de la feria?

BMW Serie 1 E87 (2004–2011) y F20 (2011)

Tengo que reconocer que hay algo de personal en mi antipatía a este Serie 1. En parte porque, cuando parecía que BMW se alejaba del estereotipo de coche para imbéciles y sociópatas al volante, va y saca este modelo. Pero también porque es toda una pantufla con ruedas, con una pegatina de hélice que lo hacen de los más caros de su segmento.

Este es uno de los pocos coches que conozco que, «en persona», en lugar de ganar, pierde.
Esto no tiene ni pies ni cabeza, ¡su sucesor es aún más feo!

El Serie 1 coupé (E82) me parece un coche muy chulo, pero era caro. ¿Qué hacía entonces la gente sin personalidad, poco dinero y que quería un BMW a toda costa? Pues comprarse este adefesio, preferiblemente al gasóleo. Da igual que sea un BMW, es un coche para muertos de hambre.

SsangYong Rodius (2004–2007)

Aquí empezamos a llegar a mayores. La marca, en un intento por identificarse como coches premium/pijorbus, hizo una campaña publicitaria al efecto, y montó motores Mercedes en sus vehículos. No sirve de nada hacer esto en un coche cuya mecánica general tenía un atraso de 10 años, y para colmo era espantoso, horripilante.

¿Lo hicieron así de feo aposta?

¿Tenía algo bueno este coche? Bueno, sí: el interior era gargantuesco, enorme. Casi hubo que ponerle un código postal a cada uno. y existió opción para ponerle un chaparrón de plazas. Por desgracia el interior también era un adefesio.

Hyundai Coupe RD2 (1999–2000)

Los diseñadores coreanos de esta época claramente abusaban de la mandanga, y otra prueba es este Hyundai Tiburón, al que cariñosamente mis amigos y yo le llamamos «mejillón». El restyling (RD2) que le dotó de cuatro faros fue la puntilla a un deportivo notablemente poco agraciado.

Es imposible acostumbrarse a verlo.

Este coche se fraguó una reputación como el deportivo de los pobres, dado que sólo lo compraban quienes no podían permitirse un Celica. La selección natural ha puesto las cosas en su sitio, porque pese a venderse como churros hoy quedan muy pocos rodando. Dale un coche con aspecto macarrilla a un cani y no verás jubilarse ni a él ni al coche.

Chrysler PT Cruiser (2000-2011)

Chrysler, cuyo diseño está más bien orientado al gusto norteamericano, hizo un estudio pseudocientífico en el que, por algún motivo, el subconsciente me impulsaría a comprar este frigorífico rodante. Naturalmente se equivocaron.

No lo entiendo.
Por detrás es feo. Por delante es un castigo para la vista.

Inspirado en los coches gangster de los años 20 es la estética retro mal entendida. Encima no tenía calidades especialmente buenas, no andaba gran cosa y consumía demasiado. Desde luego no es para mí.

Fiat Multipla (1998–2010)

Por último y como siempre, mi superfavorito. Por supuesto esto no debería ser una sorpresa para nadie: el Fiat Multipla es el coche que más aparece en las listas de este tipo por razones más que obvias. El aspecto exterior de este «coche» es una auténtica pesadilla, pero el interior es digno de uno de los cuadros más locos de Salvador Dalí.

«La persistencia de la horripilancia»

Se trata de un coche cómodo, con seis plazas y mucho espacio. Funcional, no gastaba mucho y las personas que lo compraron (mayormente ciegos y/o ningún sentido de la estética) estaban muy contentas con él. En Italia se vendió razonablemente bien, en otros países no. No me extraña.

Conclusiones

A estas alturas no creo que haya falta señalar que esta lista está escrita con bastante mala baba. Los propietarios de los modelos aquí comentados son libres de decir que mi coche sea una tartana y yo un envidioso. O peor aún: que soy un ciclista. No hay que tomarse las cosas tan en serio, se trata sólo de una opinión cuyo objetivo es el de entretener escrita en clave de humor, lo que incluye esta conclusión.

Ni que decir tiene que no están todos los que deberían, y acepto pensar que alguno no se merece estar más que alguno que falte. Como siempre, acepto de buen grado comentarios, agradecimientos e insultos. Otro día más.

4 opiniones en “Los coches más feos que hayan rodado por España”

  1. Echo de menos el Megane de 2003, con ese culo horrendo, que parece que hubieran despedido al diseñador antes de acabar la faena; el Daewoo Lanos, una patata verde (casi todos eran verdes) con ventanillas; el primer Clio, para mí que se les medio derritió el molde; el Ford Ka… Y de los desaparecidos, pero no añorados, el Opel Corsa TR, la versión con culo, que mi padre, aún tiemblo cuando lo recuerdo, estuvo a punto de comprarse por su enorme y horripilante maletero.

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